I Legua Valdaracete

Esta crónica hay que empezarla por el final, la clasificación de la carrera:

Silvia, 2ª senior ……………..……..   queso

Cristina, 2ª general ……………….   jamón

Cristina, 1ª veterana A ………….  lomo

Amalia, 3ª veterana B ……………. aceite

Mar, 1ª veterana C ………………… lomo

Zorro, 3º veterano B ……………… vino

Natalia, 1ª benjamín

Nerea, 3ª cadete

Rodrigo, 1º cadete

Estrella, Miriam, Sara, Julio, Sergio, Javi, Miguel y el nuevo…..UUUHHHYYYY, unos más que otros, menos Estrella que se llevó un chorizo y Sergio una caja de vinos en el sorteo, Miriam que obtuvo un 4º puesto y el robo de cartera que hizo el Zorro al Aguilucho. Después de toda la carrera juntos, este le dijo que se adelantaba un momento al coche que se le había quedado abierto, dejando a Julio en 4ª posición.

La patrona de Valdaracete, es la Virgen de la Pera, aunque perfectamente podría ser la Virgen de la Cuesta, por su prominenciada orografía. La parroquia se sitúa en la parte alta del pueblo, esto explica que la mayoría de la población sea atea.

A la llamada de Isidoro, un corredor popular, que organizaba la I legua de Valdaracete, coincidiendo con las fiestas del pueblo, acudimos los Running Rivas. La acogida por los valdaraceteños fue espectacular, incluso nos abrieron el Ayuntamiento para la entrega de dorsales.

Volviendo a la carrera. Según nos dieron la salida, nos encontramos con una pedazo de cuesta, que ríete tú del Anglirú, que nos llevaba hasta mitad de la carrera, luego vuelve y no te despiñes ... y así dos veces. Bueno corrijo, la primera vuelta incorporaba el repecho del cementerio, imaginaros como era, que a los difuntos los entierran en el pueblo de al lado por no subir el ataud.

Cada uno lo corrimos como pudimos,  incluso algunos con dignidad. “Ayudaba” los ánimos de los lugareños, que como era la primera carrera que pasaba por sus calles, te decían cosas como: “Amos, machotas echarle un par de huevos,  o ese otro, “mira ese corre porque lleva unas gachís delante, si no de qué”. La que le dijeron a Cristina: “Chica abrígate que vas a coger frío corriendo en bragas”. O la que me espetó una señora que se disponía a cruzar la calle cuando yo pasaba, “Vaaa”, lo dijo de manera que parecía más un reproche, que un ánimo, como para que me diera prisa, pues la había interrumpido su marcha. Dejando a parte las exageraciones la acogida del pueblo fue espectacular.

Cuando nos caía el tercer chaparrón del día nos fuimos a hidratar al bar de la plaza que sirve las bravas más picantes de toda la comarca. Con lo cual la hidratación tuvo que ser doble; os podéis imaginar a Julio, que se quería quedar a la capea de por la tarde.

Con el cuarto chaparrón empezamos a comer la paella popular que se había estado cocinando a fuego lento desde primera hora de la mañana. La familia del número cinco de la calle de las Cuatro Esquinas, que nos vio sentados en el bordillo de la calle, rápidamente nos sacó medio salón a la calle para que comiéramos cómodos el arroz.

Pensando crematísticamente al final fueron, un jamón, dos lomos, una caja de vino otra de aceite de oliva, un chorizo y un queso. Deportivamente nueve pódiums. Personalmente, una de las mejores mañanas de running que hemos pasado.

¡Muchas gracias Valdaracete, el año que viene volveremos!