domingo, 15 de abril de 2012

TODO EL FIN DE SEMANA CORRIENDO




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 1. "La carrera de las luciérnagas"

Desde el inicio de los tiempos, el ser humano ha buscado respuestas mirando a las estrellas en las oscuras noches. Somos curiosos por naturaleza, y los Running Rivas lo somos hasta decir basta. Nos es igual que anunciaran bajada de temperaturas, lluvias e incluso nieve. Allí estábamos en el Juan Carlos I  a 5º C y 25 km/h viento norte. Uno a uno fuimos llegando, según caía la noche, la linterna que nos había proporcinado la organización empezó a ser imprescindible. Algo tenía de mágica su luz led, ya  que al primero que encontramos, fue Agustín que llevábamos sin verle más de un mes. Silvia llegó con el equipo de imagen y sonid… digo familia, llevábamos más de 3 meses que no coincidíamos. Junto con Estrella se encargaron de todo el reportaje fotográfico y el acarreo de todas las mochilas, "tenemos que ponerles en nómina".
La tercera aparición fue Isidro con la peque, cuando habían pasado más de 3 semanas sin saber nada de él. Para sorpresa de todos, unos minutos antes de la salida llegó el nuevo, un tal Paco, se empelotó, se puso un minishort y camiseta de tirantes, dejándonos helados a todos los presentes, que nos arrejuntábamos y abrigábamos con los chubasqueros de plástico. Y así fueron apareciendo todos a la luz de nuestra  linterna, hasta juntarnos 21 Running Rivas.
 

Capítulo 2. “La tormenta”

Kilómetro más, kilómetro menos, nada más dar la salida, empezó a llover con mala leche. Sara de copiloto con su marido manejando, trazaban las curvas de tierra a lo “Raikkonen” con Mencía en el carro. Isidro, Manolo y Fernando despidieron a sus retoños en el desvío de la carrera del 1,5 km, les acompañaba la pequeña de los Lordén. Ellos continuaron la carrera y con cara de pena, les dijeron adiós, pero más pena llevaban por los 6 km de viento y agua que les aguardaban.
La noche nos confunde y la hilera de luciérnagas nos distrae, que se lo digan a Sergio cuando un obnubilado le zancadilleó y aterrizó en el duro suelo produciéndole raspones de 2º grado, de esos que no sabes si pican o duelen.
Una de las propiedades que tiene la noche es que no se ve, por más que mires. Javi, Felipe y Guillermo iban con sus flexos en dos palmos, pero acabaron perdidos como Pulgarcito. Eso sí, al final de carrera no faltó el abrazo.
Mar y Amalia pusieron las largas y fueron a por todas, tras esquivar varios olivos llegaron primera y segunda de su categoría. Alfonso entró tras ellas y será citado a declarar como testigo en la reclamación interpuesta por Mar al no funcionarle el cronometraje del chip.
Miguel, el nuevo y su hermano fueron los que más deprisa corrieron. Primero llegó el hermano, luego Miguel y por último el nuevo, aunque dicen que hubo intercambio de chips, o tal vez el agua provocó un cortocircuito y que no es así como quedaron. Otra vez la oscuridad tapará lo que realmente pasó.
Miriam y Ponce, que les encanta estos saraos lúdico festivos, disfrutaron con las luces de los brazaletes y los flexos. También terminaron calados como todos los demás.
Silvia que venía de una larga lesión terminó como una rosa, 2ª de su categoría y calada hasta los huesos.




Capítulo 3. “Puesta en escena”

Ha sido el estreno en la noche de los Running Rivas, y la verdad es que impresiona, no hay sol ni sombra, no se ven los puntos de paso, ni la cara de sufrimiento de tu compañero, pero hubo otras cosas, música, bailes, sesión de estiramiento, globos de helio, pintura de cara, y animación de varios malabaristas sacados de una película de Tim Burton. Había bengalas señalando puntos clave del camino, incluso bengalas colgadas en los olivos señalando racimos de aceitunas, pero lo más espectacular fue el efecto de tormenta, viento y lluvia que contrataron para la ocasión. Empapados hasta los calzoncillos cambiamos una noche de cine en casa, por una carrera mágica. Ya estamos inscritos para la edición de 2013.


Capítulo 4. “Al día siguiente”

Algunos llegaron a las 7 de la mañana ... (continuará)

 


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