domingo, 24 de enero de 2010

CROSS DEL OLIVAR,CADA MOCHUELO A SU OLIVO.




Hacía años que no pasaba, pero ocurrió, con la misma Organización. Existe una curva en el cross del Olivar que se suele coger recta, bien por la picaresca, o bien por la mala señalización. Y claro, cuando los chavales ven que los de adelante van por dos caminos, empieza el desconcierto. No pasa nada, si se tiene un fallo se corrige, aunque este fallo haya pasado otras veces. Se trata de poner más personal de la Organización, señalizar mejor el tramo, y todo solucionado. Pero lo que nunca, nunca, se puede decir por parte del máximo responsable de la organización del evento, es "yo no tengo la culpa de que corran sinvergüenzas y lo que no puedo poner un empleado en cada olivo", todo esto a voces enfrentado a los espectadores y corredores. Mal, muy mal. Sino se cuidan estos detalles la cultura del todo vale prevalecerá en el diario de nuestros hijos. Por eso desde aquí reivindicamos un "mochuelo en cada olivo".
No me enrollo más, porque lo importante fueron las carreras, aunque donde se produjo la incidencia pararon a los atletas en la primera vuelta y hubo que repertirla. Adrián, Darío y Álvaro corrieron en casa, en un terreno bastante embarrado, pero sin charcos. Unos veinte participantes en línea de salida, dos categorías: infantiles y cadetes. Bocina y grupo estirado. Adrián se sitúa en tercera posición por delante Cristian, su bestia negra y Rubén la revelación de infantiles que sigue los pasos de su hermano. De cerca le sigue Álvaro, también del Covibar esperando su oportunidad. Unas posiciones por detrás Darío que arrastra molestias en una rodilla y no termina de estar al 200%, con los dos cordones desabrochados desde la primera vuelta. Se fue estirando el grupo y a la cabeza se incorporó Eduardo y un triatleta del Diablillos. Por línea de meta Adrián pasó 3º en su categoría, Álvaro 5º y Darío, aunque la "des-Organización" intentara que diera una vuelta más de la cuenta, acabó 6º de su categoría.
Adrián: un trabajado 3º puesto.
Álvaro: buena carrera, pero faltó la chispa final.
Darío: un luchador, contra las molestias de la rodilla, contra los rivales, contra la Organización y contra los cordones.







La carrera de juveniles y junior fue de las más emocionantes de la mañana. Jaime el día anterior había batido su marca personal en 3.000 metros en pista (9.09). Acudió a la carrera para echar un cable a su compañero Daniel y sujetar a un atleta marroquí que siempre da mucha guerra. Desde el inicio el marroquí puso un ritmo infernal al que sólo pudieron seguir Jaime y Daniel, los demás estaban descolgados a más de dos minutos. Iban pasando las vueltas y como dos lapas Jaime y Dani pegados al marroquí. En la última vuelta con un Dani muy justo de fuerzas, Jaime dicidió atacar desde lejos, pues no quería un esprint final ya que no le era conveniente por el palizón del día anterior. Pensado y ejecutado, le pasó como una bala, atrás quedó el marroquí incrédulo de tal acelerón y Dani aprovechando el desconcierto de éste, tuvo su oportunidad y la supo aprovechar.
Jaime: 1º, de sobrado
Daniel: 2º, puesto muy trabajado
Marroquí: 3º, otra vez será (buenas cualidades)



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