
Adrián no reunió equipo, pero le dejaron participar sólo, para darse el gustazo de la carrera y prepararse para próximas. Bueno lo del gustazo no se si es correcto, pues en la salida se le desabrochó un cordón de la zapatilla y corrió los cuatro kilómetros co ella abierta. Ante un percance de esta índole, ya no estás a lo que tienes que estar, solo piensas en el cordón y llevar cuidado para no pisarle y tropezarte. Podría haberse parado para abrocharlo, pero no tomó esta decisión, opto por correr con el suelto. Milagrosamente llegó a la meta sin incidencias. Suponemos que la concentración que mantiene en competición, es sumamente alta para que este accidente no le suponga un inconveniente, o tal vez que sus zapatillas "son mágicas".