Hoy amaneció helado, en Bélgica y en Rivas, costaba calentar los músculos para la carrera, pero los nervios de la salida te distraían del frio.
Allí y aquí los esforzados corredores dieron en el cirucuito lo mejor de ellos, su más profundo aliento, su mejor zancada.
El público disfrutó y se emocionó en las apretadas llegadas, se comentaron las evoluciones y estrategias, allí en belga, aquí en castellano.
Los nombres y las gestas de los profesionales se publicarán en todos los medios y las guardarán en los archivos de la historia del atletismo.
Los padres de los niños de Rivas, guardarán los archivos de sus cámaras de fotos y se las enseñarán a sus conocidos, quedando en el albún familiar para siempre.
Hoy ha habido dos carreras, muy diferentes y tan iguales. Que para correr la de Bruselas, los atletas tuvieron que correr años atrás muchas como las de Rivas. Y no se podría haber corrido hoy la de Rivas si no se pudiera correr algún día la de Bruselas .