¡Muchas gracias compañero por dejarme pasar!, no sabes cómo está lloviendo ahí fuera. –No gracias, no me apetece tomar nada. He venido lo más rápido posible para contarte que tal nos fue la carrera.
En la carrera que corrió mi hermano hubo una lucha con un competidor salido de, nadie sabe donde, con constantes adelantamientos y una escapada final por parte del contrincante. Pero la chulería que nuestro perro demuestra en todas las carreras no le permitió consentir que cualquier otro perro, persona o bici llegara a meta antes que él. Así que, como va siendo habitual quedaron otra vez primeros, Adri me confesó que quiere hacer pleno de victorias, pero eso ya se verá más adelante.
En cuanto a mí, la escasa presencia de género femenino en la carrera popular me permitió subirme al podio, he de revelarte que tengo que practicar mi presencia en el cajón de la victoria, la falta de práctica puede provocar que no consigas colocar al perro para que te hagan una foto para recordar.
Nos fuimos todos contentos a casa, dos copas, un saco de deliciosos huesos y muchas fuerzas para la siguiente carrera. No sin antes de comernos la paella que marca la normativa de las carreras de canicross (Regla 36.5, Posterior a una carrera, comilona recuperadora de fuerzas). Un par de fotos con un hombre del cual desconocía su identidad completó nuestro día de victorias, posteriormente me confirmaría que se trataba Pablo Villalobos, campeón de España de Maratón.
Bueno amigo, me tengo que marchar ya, en casa me esperan, parece que ha dejado de llover. Volveré a contarte, como llevo haciendo desde hace 5 años, las pequeñas historias del club vamoyapaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario