Humanes de Madrid es un pueblo que difícilmente podría haber ubicado en un mapa, hasta hoy. Es un pueblo que tiene una peña (Peña del Parque) que con voluntad y sin un duro han hecho la primera edición de una de las consideradas entrañables, auténticas. La puesta en escena ha sido la siguiente: una mesa con un portátil, donde se iban apuntando los afortunados que hemos querido estar allí. Al lado la mesa de mezclas de la discoteca del pueblo, que hacía las veces de megafonía. Todo conectado mediante una alargador en el enchufe de los servicios del Bar Berlín (uno de los dos patrocinadores) . No había arcos hinchables para la salida, dibujado en el suelo con cinta aislante las palabras META y SALIDA. Tampoco había imperdibles para el dorsal, pero dos trozos de cinta adhesiva hacían las veces. Los kilómetros y los horarios no importaban mucho, era domingo por la mañana y estabamos de lujo charlando entre nosostros, personas que no buscabamos ningún premio, solo la satisfación personal de correr por placer. Servían de avituallamiento unas mesas del Bar Berlín donde no faltó agua fresca, cocas y una manzana. Por el camino dos fuentes perfectamentes señalizadas servían de punto de abastecimiento.
Allí corrimos todos, alguno incluso con perro, dos vueltas a un circuito, para terminar unos 8.500 mts. todo perfectamente indicado, incluso cuando nos metieron por el recorrido de los encierros. Campo, asfalto, carretera y llano.
Llegando a la meta que se encontraba en el Bar Berlín unos apasionados ovacinaban a todos los íbamos terminando y personalmente te estrechaban la mano y te daban las gracias por participar. Esto fue lo mejor, en ninguna carrera me he sentido tan triunfador. El año que viene repetimos.
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