Hoy hemos comprendido que las carreras de atletismo no se suspenden, salvo catástrofe natural, caída de meteorito en la pista o alcance de rayo a un juez de control. Lo demás se denomina carrera con adversidades. Rivas 10 horas am. 50litros/m2, la ría de la pista se había desbordado y cubría los 400 metros de tartán. Los cadetes se disponían a efectuar su salida y allí se encontraba Adrián, como el que acaba de salir de la piscina. Disparo de salida y a nadar, digo correr. Desde el primer momento tres atletas se habían compinchado para aguar la fiesta a Adri, un primer 1.500 lento con varios ataques y cuando quedaba una vuelta hachazo del tapado. Pero Adri controló en todo momento, no entró al trapo y supo cual era el rival a batir, subiendo la cuesta del Luyfe y a falta de 600 metros, recortó distancia, puso la directa y dejó chapoteando en el charco a los adversarios. Un tres mil de infarto. A la llegada plásticos y paraguas esperaban a los corredores, algunos regresaron en barco a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario