Una vez conocí a un hombre cobarde, siempre reptía su rutina todos los días de su vida, no improvisaba, no arriesgaba, no se precipitaba. Un día se murió y nadie le echo de menos, porque nadie nunca se había fijado en él. Lo peor fué que en su triste vida nunca aprendió nada.
Esta vida es para valientes y la carrera de 3000 del campeonato de Madrid en Alcorcón, fue la esencia de la misma vida. El ritmo impuesto por Carro fue infernal el primer 1000 a 3,06. Risi y Jaime podían haberse reservado con el resto del grupo, a esperar tiempos mejores. Pero no, optaron por estar delante con los héroes. Risi se comió al quinto, al cuarto y al tercero. Jaime progresaba unos metros por detrás. Los últimos 400 fueron cruciales. Teniendo un tercer y quinto puestos asegurados, vieron como dos locomotoras amarillas venían desde atrás y les arrollaban.
No hicieron podio, tampoco les hizo falta. Mejoraron con holganza sus marcas personales. Arriesgaron y no ganaron,... pero apredieron. Nunca olvidarán esta carrera, las sensaciones que vivieron les acompañaran toda su vida. Este es el gran triunfo, no fué una carrera más, fué la carrera de los valientes.
domingo, 17 de febrero de 2008
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